#127 Bueno, no es un problema sencillo, claro está. La hipótesis contraria, por otro lado, también tiene sus problemas sin resolver. Fundamentalmente, explicar cómo la materia, en principio sujeta a las leyes de la física, puede llegar a alcanzar mediante el proceso evolutivo cualidades "espirituales" tales como libertad y autoconsciencia. Tampoco creo que haya por ahora explicaciones satisfactorias desde el lado de la ciencia, salvo las que nos reducen a puras máquinas alegando que la libertad es una mera ilusión creada por el cerebro (explicaciones que, aunque coherentes, no me convencen porque niegan algo que experimento en cada instante de mi vida).
Por algún texto de Ratzinger he podido entender que para la Iglesia ambas teorías (creación y evolución) son correctas y compatibles si se miran en sus correspondientes planos: evolución en el fenomenológico y creación en el ontológico. La fe en la creación, supuesta la hipótesis evolucionista, significaría el convencimiento de que, como afirma la Biblia, el mundo como un todo procede del Logos -esto es, del Sentido Creador, que es en última instancia Amor-. El ser temporal estaría envuelto por el único acto creador de Dios, quien le conferiría así unidad en su fragmentación, unidad en la que reside su sentido, que no es comprobable directamente para nosotros, pues no vemos el todo, sino sus partes. A este respecto, me viene a la cabeza una metáfora que decía mucho Escrivá de Balaguer: "de la voluntad de Dios nosotros comprendemos lo poco que podemos, pues, si comparamos su obra con grandioso y bello tapiz, nosotros veríamos la parte de atrás del mismo, el entramado de hilos".
#126 Vaya, muchísimas gracias por tus palabras, no sabes la alegría tan grande que me da saber que sirve para algo lo escrito. :)
No conocía la cita exacta de la Humanae Vitae, ¡muchas gracias por traerla! Puedo entender más o menos el sentido de la norma, pero cuesta, la verdad... Sobre todo cuando en algunos medios católicos insisten en lo fiable que es el método: si es tan fiable o más que el preservativo, sería aún más "cerrado" a la vida...
#125 Bueno, no te creas, yo por ejemplo trabajo en una oficina de la administración y créeme que hay gente que blasfema en voz alta, y eso tiene poca repercusión a la hora de si prosperan o no (cosa que me parece correcta en todo caso, veo más importante juzgar la competencia personal para el puesto). De hecho, el ambiente general es siempre hostil para los creyentes, en el sentido de que en voz alta está aceptado socialmente criticar a la Iglesia, mientras que hablar bien de ella es un tabú enorme y puede crearte problemas.
Sólo para que veas lo del "rigor" que mencionaba antes... Pese a todo, esa persona que lo ha visto sigue siendo atea, lo cual también me llama la atención.
#122 En algunas respuestas he tratado temas parecidos:
#120 -> Aquí menciono que no veo cómo la ciencia -al menos con las categorías actuales- puede explicar la libertad humana o la "interioridad" del hombre, lo que en filosofía de la mente se denomina qualia. De hecho, el solipsismo es irrefutable (o no falsable) desde el punto de vista filosófico o científico. Jamás un test de Turing llevado a cabo con éxito probaría que una máquina sea consciente de sí (no hay posibilidad de evaluar eso, de la misma manera que no hay forma de decidir si las personas que tengo delante sienten y padecen como yo lo hago, y son conscientes de sí, o son zombies filosóficos; aceptar que la persona que tengo delante es un "tú" que para sí mismo es un "yo", es un ser consciente, con interioridad, es un acto de fe).
#45 -> Aquí hablo algo sobre los milagros, pero dado que me has preguntado fundamentalmente por eso profundizaré un poco más.
Empezaré diciendo algo sobre mi propia evolución: en los años previos a mi conversión, en que personalmente me encuadraba en un agnosticismo moderado, mirando con cierta envidia a los que sí creían, la principal barrera que encontraba para dar el "salto" eran precisamente los milagros. Me parecía que se podía creer en un Dios creador del mundo, sostener incluso que cabía la posibilidad de otra vida tras la muerte, pero creer que las leyes físicas podían ser violadas no sólo me parecía irracional, sino casi una blasfemia, una contradicción en el seno de Dios mismo: ¿cómo iba Dios a dotar de leyes a su creación para luego, arbitraria y puntualmente, suspender su aplicación? Esto era absurdo, incomprensible para mí.
Y sin embargo ahora estoy al otro lado y concedo credibilidad a esto. ¿Qué ha cambiado? En lo fundamental, que me he convertido y que, como he explicado en otros mensajes, mi cosmovisión es ahora diferente. Me muevo en un paradigma que concede posibilidad al milagro. Creo que es difícil… » ver todo el comentario
#7 Jo, muchas gracias por tu comentario tan currado. Creo en efecto que la dejaré estar, tampoco merece la pena tanto esfuerzo por esta noticia, y en todo caso ya tendré para la próxima vez cuidado con lo de las secciones. Veo que es un poco confuso al principio por lo que dices...
En todo caso me viene bien saber cuál sería el procedimiento por si me volviera a ocurrir. ¡Muchas gracias!
#116 Es cierto, los dilemas morales existen y no son nada triviales, en absoluto. Aunque creo que son situaciones que se presentan de manera muy aislada, en momentos puntuales y especialmente dramáticos de la vida, y que, en el día a día, sí tenemos una idea clara de cuando hacemos algo mal o no. Me refería más bien a eso. Sin duda que ante la posibilidad de matar a alguien para salvar la vida de otros la voz interior lo tendrá mucho más difícil, pero supongo que al final uno tendría claro que sí es lícita esa acción ya que evitaría el sufrimiento de más de un inocente.
Sobre el relativismo, es verdad que se trata de una opción epistemológica que ha sido duramente criticada por los papas recientes, sobre todo Benedicto XVI. Pero yo comprendo la crítica: negar la posibilidad de la verdad nos deja en manos de un nihilismo total. Según sus palabras: "se va constituyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida sólo el propio yo y sus antojos". A mi juicio hay opciones diferentes que conviene distinguir:
- El escepticismo y la duda sobre las convicciones propias, que estimulan la profundización en el conocimiento, y por eso diría que son positivos.
- El perspectivismo, es decir, la idea de que la verdad objetiva existe, pero de ella sólo podemos conocer una parte acorde con nuestra visión particular (como en el cuento indio del elefante y los ciegos). También diría que esta postura es correcta.
- El relativismo, que niega la existencia de una verdad objetiva afirmando que todos los puntos de vista tienen igual validez. Esta visión sí me parece dañina porque implica un estancamiento de la humanidad, una paralización hacia la construcción de conocimientos más seguros y mejores.
#114 Es cierto, y eso ha llevado a muchos a pensar que la ciencia se irá comiendo progresivamente a la religión hasta dejarla en nada. Pero yo pienso que lo que se comerá es la parte que está en la intersección de ambas materias, y que en rigor pertenecía a la ciencia.
Es una pregunta compleja. Yo diría que, por un lado, las cuestiones últimas metafísicas (¿por qué hay algo en vez de nada? ¿por qué existo y cuál es el sentido de mi vida?) jamás podrán ser respondidas por la ciencia, porque caen fuera de su ámbito. Por otro lado, hay realidades que experimentamos cotidianamente que, con las categorías actuales que maneja la ciencia -no entro en si esto cambiará en un futuro- quedan también fuera, como el hecho del libre albedrío. La libertad es una categoría intermedia entre el azar y la necesidad, y la ciencia se mueve sólo entre estas dos categorías. Recomiendo al respecto la lectura de este post:
Tengo claro que, desde el punto de vista externo, del hombre como observable, como objeto, en algún momento una máquina programada llegará a simularlo de tal forma que resulte indistinguible del hombre "de verdad". Pasar el test de Turing, vamos.
¿Pero querrá eso decir que esa máquina a todos los efectos como un ser humano? Pienso que no. Una cosa es el comportamiento observable de algo y otra muy distinta lo que ocurre dentro. Una máquina no tiene "interior". Es un conjunto de circuitos -o el soporte que sea en el futuro- programados según ciertas leyes internas. Un ser humano tiene interior. Definirlo es complejo, pero todos lo sentimos en cada momento: somos conscientes de nuestros pensamientos, tenemos deseos, intuiciones, sentimientos, libertad, etc. Un robot podrá pensar (en el sentido de hilvanar razonamientos lógicos sustentados por su experiencia previa y por la información suministrada por sus sensores), pero ¿será consciente de su propio pensamiento? Un… » ver todo el comentario
#115 Supongo que ya no hace falta que te conteste a esta pregunta, ya has visto la respuesta por ahí. ¿Has leído también lo que escribí en #42? De todas formas lo esencial es lo que he dicho en el mensaje en diez partes que ya has comentado.
Ese libro de Unamuno, por cierto, me gustó mucho cuando lo leí (estaba entonces en mi época agnóstica).
#117 Vaya, a mí también me ha dejado impresionado -y mucho- tu comentario. ¡Muchas gracias por tus palabras, por tu sinceridad y por haberte tomado la molestia de leerme! Pensar que he conseguido hacerte comprender mi proceso y mis conclusiones, aunque no tengas por supuesto que compartirlas necesariamente, hace que me siente contento de haberlo escrito. Pues justo ése era mi objetivo...
#111 Tu comentario es demasiado general; si quieres que hablemos de estas cosas tendríamos que ser más concretos, e ir elemento por elemento recorriendo aquellos en los que crees que hay una disociación con respecto a las escrituras, o contradicciones dentro de las escrituras.
Respecto a esto último, desde luego que hay, no seré yo quien lo niegue. Pero también es necesario comprender ante todo que la Revelación es un proceso histórico, una pedagogía de la humanidad por parte de Dios, como a veces se ha dicho. Por eso, por ejemplo, la ley del “ojo por ojo y diente por diente”, que hoy nos parece brutal, fue un principio que mejoró lo que había al racionalizar la venganza de manera que no fuera desproporcionada. Esta ley, como sabemos, fue superada por Jesús, o llevada a plenitud si se quiere, pero en ambos casos se trata de hitos del mismo camino de mejoría moral de la humanidad, que sólo en Jesús llega a su perfección.
Si te apetece y tienes dudas concretas podemos hablar de ello.
#101 Reducir todo a una cuestión de salud psicológica me parece excesivo, pero en fin, si quieres verlo así... Para mí es sólo una parte de todo el edificio.
#100 ¿Qué puedo decirte? Quizás algún día te preguntes, después de todo, "¿y si esto fuera verdad?". Pero quizás ese día no llegue, no lo sé. En todo caso, espero que seas feliz con tus creencias sean las que sean.
#99 Lo primero, gracias por el respeto y desde luego que no me ofende, ¡faltaría más!
Su carisma debió sin duda influir, es evidente; su mensaje ilusiona y llena de esperanza a quien no tenía ninguna, por eso prende como fuego entre las clases más desfavorecidas de su tiempo. Aunque hay que recordar que su misión terrenal fue un fracaso: terminó crucificado y abandonado y negado por los suyos.
No es un fenómeno único, es cierto. Aunque sorprende aún así considerar que personas iletradas de una tierra medio olvidada del Imperio llevaran el Evangelio a las confines del mismo en tan pocos años. Yo no creo que la búsqueda de poder fuera un motor para los primeros cristianos y evangelizadores. Durante los primeros siglos fue una religión prohibida y perseguida: no hacía poderoso a quien la profesaba, sino que lo situaba en una situación de indefensión y peligro. Luego, con Constantino, en el año 313, se deja de perseguir a la Iglesia, lo que supone un cambio drástico, que podemos imaginar que fue de graves consecuencias, pues poco después, en el 380, Teodosio convierte el cristianismo en religión oficial del Imperio. Es evidente que a partir de aquí la combinación de religión y política, o religión y poder, tuvo nefastas consecuencias para ambas esferas. Gracias a Dios en el siglo XX esto se ha revertido en occidente (quedan por ahí las teocracias islámicas, claro).
Yo no creo que Dios no haya vuelto a hacer acto de presencia, creo que las vidas de los numerosos santos hablan de ello constantemente. En ellos la presencia de Dios es una realidad diaria y cercana. Pero claro, hay que leerlas sin prejuicios materialistas, porque si de partida se niega la posibilidad de lo sobrenatural entonces quedan muy cercenadas. Eso no quiere decir que todos los milagros que aparecen en ellas sean ciertos; pero lo contrario, que todo sea una absoluta falsedad, es lo que yo no creo tampoco. Es mi opinión en todo caso, a la que he llegado después de pensar como tú durante mucho tiempo.
Sobre si Jesús es una invención, según los criterios históricos habituales, las pruebas sobre Jesús son tan coetáneas con él y tan amplias, que no cabría dudar de su carácter histórico. Lo que se transmite, además, es una absoluta novedad, tanto dentro del judaísmo (una religión furibundamente monoteísta que tacharía de blasfemia la posibilidad de un hombre-Dios) como de los estándares morales de la Antigüedad (y hasta de hoy: ¿quién predica el amor a los enemigos hoy día?). Y luego, tenemos las huellas tan tempranas de ese acontecimiento, como los viajes de San Pablo, que terminó martirizado en Roma. Cuesta creer que por una invención tantos se dejaran matar.
En definitiva, yo diría que su existencia histórica está bastante asegurada, y pocos son los historiadores que la niegan (causa más problemas de los que resuelve). Otra cosa diferente es la historicidad de los Evangelios, que obviamente es una cuestión de fe.
#103 Muchas gracias por aclararlo, desde luego me ha gustado mucho leerte.
Repito que la oración me parece una maravilla para esos momentos adversos que describes, y entiendo que te dé fuerzas.
Comprendo tus reservas, aunque creo que por otra parte este mundo tan materialista en que vivimos necesita que de alguna manera los que tenemos un ápice de esperanza intentemos llevar esa lucecita allá donde podamos. No creo evidentemente en las imposiciones ni en las predicaciones a gritos en las plazas públicas. Pero dado que existe mucha hostilidad hacia quien profesa una fe -cosa que no me enfada, pero que me causa mucha tristeza, sobre todo por la simplificación que se hace del fenómeno- decidí animarme a hacer esto en menéame... Confío en que, a pesar de que este acto y mis respuestas tengan algo de "predicador callejero", de algo haya servido para alguien, al menos para no ridiculizar en otra ocasión al que no cree lo mismo que él.
#98 Sí, por supuesto. El catolicismo no rompe con el judaísmo, sino que lo integra, lo lleva en su seno y le da plenitud. Ocurre lo mismo que Cristo mismo decía respecto a la Ley judía y los profetas: "no he venido a abolir la Ley y los profetas, sino a darles cumplimiento". Se suele decir que el Nuevo Testamento
Y los textos judíos (el Antiguo Testamento) forman parte de los textos católicos, aunque con algunas diferencias. Por ejemplo, el judaísmo tiene entre sus textos al Talmud, que vendría a ser un comentario de la Torá (Pentateuco o cinco primeros libros de la Biblia) y el Tanaj (resto de la Biblia judía o Antiguo Testamento para los cristianos).
Te copio un párrafo del Catecismo por si te aclara mejor esto:
Los cristianos, por tanto, leen el Antiguo Testamento a la luz de Cristo muerto y resucitado. Esta lectura tipológica manifiesta el contenido inagotable del Antiguo Testamento. Ella no debe hacer olvidar que el Antiguo Testamento conserva su valor propio de revelación que nuestro Señor mismo reafirmó (cf. Mc 12,29-31). Por otra parte, el Nuevo Testamento exige ser leído también a la luz del Antiguo. La catequesis cristiana primitiva recurrirá constantemente a él (cf. 1 Co 5,6-8; 10,1-11). Según un viejo adagio, el Nuevo Testamento está escondido en el Antiguo, mientras que el Antiguo se hace manifiesto en el Nuevo.
#97 Muchísimas gracias a ti por dedicar tu tiempo a la lectura y por tus palabras. Me alegro de que te haya resultado interesante. Confieso que es algo que tenía más o menos escrito, sólo tuve que editar más o menos alguna parte, jeje, pero en todo caso, aunque temía que resultara extraño compartir algo autobiográfico tan "excesivo", tenía también la esperanza de que permitiera entender mejor a qué me refería con lo que me llevó a la conversión, y me alegro de comprobar que así ha sido en tu caso.
Me han gustado tus reflexiones, que desde luego podrían hacer suyas los grandes místicos tanto cristianos como sufíes o de otras confesiones. Buscaré el libro, parece interesante. Está claro por lo que escribes que es muchísimo más lo que nos une que lo que nos separa, especialmente en este mundo tan desespiritualizado y materialista que nos ha tocado vivir.
Te deseo lo mismo, que sigas profundizando en esa plenitud y paz interior. Un abrazo.
#4 Muchas gracias, compañero! Todavía estoy recién aterrizado y aprendiendo las normas y funcionamientos internos...
@admin debido a un doble error por mi parte, esta noticia debería estar en |Cultura (no en TeRespondo) y además le falta la URL, debería apuntar a la siguiente:
#2 muchas gracias! No sabía cómo se contactaba con ellos... No, no quería que fuera en TeRespondo, lo que ocurre es que estaba en esa sección cuando le di a enviar nueva noticia, fue un error. Ya me extrañó que en ningún momento me dejara poner el enlace...
Estoy de acuerdo con tu argumento, por supuesto la teoría de la evolución dice eso. Pero lo que quería decir es que los racistas, como los nazis, tergiversaron eso (de la misma manera que los inquisidores tergiversaban el Evangelio). En el caso de los nazis, creo que sí se puede hablar claro de relación con los paradigmas darwinistas: ellos pensaban que la raza aria era superior (intelectual y físicamente), y que no debía mezclarse con razas inferiores para contaminarse genéticamente (bueno, no se habían descubierto los genes pero sí las leyes de la herencia de Mendel predichas de alguna manera por Darwin). Es aplicar la teoría en un sentido muy torticero... En fin, me refería a eso.
Me refería al llamado darwinismo social especialmente:
#92 Ni yo tampoco, lo importante es la persona que se tiene delante. Lo del noviazgo es una pequeña broma de Fabrice obviamente, pero estoy de acuerdo. Gracias por tu mensaje.
#66 Muchas gracias a ti por preguntar, y a todos los demás por vuestra actitud igualmente dialogante. He disfrutado y aprendido mucho con este encuentro.
Me parecen críticas muy bien fundamentadas. Como ya he tocado temas parecidos, seré un poco más rapsódico:
- Para poner en la balanza lo que ha hecho la religión, tendríamos que conocer cómo sería un mundo sin religión, y eso es imposible. Por lo pronto, algunos experimentos ateos como el marxismo han generado también muchos muertos (Stalin, jemeres rojos, etc.). La religión, sobre todo la cristiana, predica esencialmente el amor y la paz entre todos los hombres. En su nombre se ha quemado y se han hecho cruzadas, siendo esto una contradicción que pesará para siempre sobre la Iglesia, evidentemente. ¿Pero tenemos derecho a pensar que sin la religión la historia habría sido más pacífica? ¿No nos habríamos seguido matando por posesiones, comida, mujeres, odios, incomprensiones, etc.? ¿No será justo admitir que, pese a todo el mal, la religión también ha permitido que aparezcan santos asombrosos como san Francisco Javier, san Juan Bosco, san Ignacio, san Felipe Neri…? ¿Y que ha dado consuelo y esperanza a los que no tenían nada más a que agarrarse?
- Asumir la mortalidad es muy duro, creo, si se piensa en serio. Y asumir la mortalidad de los seres queridos más. Cuando dices que si quisiéramos ser inmortales, probablemente viviendo una vida como la terrestre no querríamos, sería una condena cuando toda experiencia fuera ya una repetición de algo vivido (el infinito es demasiado vasto para que lo comprendamos). Pero quizás no es la manera de imaginar la vida perdurable. Quizás sea una vida fuera del tiempo, en plenitud. No lo sé. Pero seguro que es algo mejor de lo que podamos imaginar nosotros, porque el amor de Dios es más grande que el mayor amor humano.
- La razón y la ciencia pueden explicar muchas cosas acerca del funcionamiento del mundo, pero no sobre el sentido global de éste, ni sobre su origen. Y a… » ver todo el comentario
#65 ¡Me parece una oración sencilla y preciosa! Jesús era judío, así que debería valer para el judaísmo si él mismo rezaba así...
Respecto a los musulmanes no lo sé, quisiera creer que sí, en ella sólo se pide que se haga la voluntad de Dios, no veo nada que pueda ser contrario a esa fe.
Realmente me parece una plegaria hermosa que podríamos compartir las grandes religiones, sí, y que podría ayudar al entendimiento entre ellas. ¿Cómo se te ha ocurrido la idea? ¡Muchas gracias!
Por algún texto de Ratzinger he podido entender que para la Iglesia ambas teorías (creación y evolución) son correctas y compatibles si se miran en sus correspondientes planos: evolución en el fenomenológico y creación en el ontológico. La fe en la creación, supuesta la hipótesis evolucionista, significaría el convencimiento de que, como afirma la Biblia, el mundo como un todo procede del Logos -esto es, del Sentido Creador, que es en última instancia Amor-. El ser temporal estaría envuelto por el único acto creador de Dios, quien le conferiría así unidad en su fragmentación, unidad en la que reside su sentido, que no es comprobable directamente para nosotros, pues no vemos el todo, sino sus partes. A este respecto, me viene a la cabeza una metáfora que decía mucho Escrivá de Balaguer: "de la voluntad de Dios nosotros comprendemos lo poco que podemos, pues, si comparamos su obra con grandioso y bello tapiz, nosotros veríamos la parte de atrás del mismo, el entramado de hilos".