Desde la "desaceleración" de 2008 hasta hoy Zapatero acumula medidas a borbotones, ahora una por semana, sin abordar nunca una visión de conjunto. Busca la línea de menor resistencia, funcionarios y pensionistas: ante el rechazo sindical, olvida la jubilación. Hasta ahora intocables las mayores rentas, caerán como otro parche imprescindible y para repintar la fachada progresista. Los bancos, felices en todo el proceso. Sustituirle será casi misión imposible. La defensa del propio liderazgo es para Zapatero un fin esencial, su fin.
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