Una cosa es dejar de votar porque no estés de acuerdo con la trayectoria de un partido político ni con su forma de gobernar. Pero otra cosa es arrepentirse de haber votado a algunos partidos políticos en el pasado, de haber alimentado a un monstruo que cuando estaba en la oposición nos vendía un "gobierno de cambio y de progreso". Hoy, me siento avergonzado de haber votado a PODEMOS (socio de este gobierno coalición) o a ERC (que les da soporte). Creo recordar que Mahoma dijo que "el que se arrepiente, es como si nada hubiera hecho". Pero me siento mal conmigo mismo; por eso escribo.
Están muriendo miles de personas en toda España por una pandemia, otros quedarán con secuelas graves. Millones de personas se ven en una situación económica y laboral desesperada. Casi la la inmensa mayoría de nosotros estamos confinados en nuestras casas. No hay manifestaciones, protestas masivas ni mucho menos disturbios ¿Y qué hace el gobierno progresista presidido por Pedro Sánchez? Perder el tiempo en monitorear las redes sociales para comprobar "discursos peligrosos". Ni la peor de las pandemias, ni la peor demagogia, ni los mayores bulos, se merecen este disparate.
¿Cuántos recursos desperdiciados por este gobierno que podían haber salvado las vidas de algunos ciudadanos que comentan con tristeza que un ser fallecido ha muerto solo, en silencio, sin que casi nadie sepa como murió?.
Y habrá algunos que por ceguera ideológica, disculpe a este gobierno, que me digan que un gobierno de derechas lo haría peor, e incluso que me digan que este discurso es "peligroso". Pero no, Cojan la noticia de Europress que habla de monitorear discursos peligrosos y campañas de desinformación, cambien los rostros, los nombres y los partidos políticos por los que más odien, y descubrirán la verdadera cara del peor de los fascismos.
Y creo que cualquier persona crítica, sea de izquierdas, o de derechas, unionista, federalista o independentista. Llegaría a la misma conclusión.
Las observaciones de George Orwell sobre la España de La Guerra Civil (1936-1939) siguen vigentes: “… en España vi por primera vez noticias de prensa que no tenían relación con los hechos, ni siquiera la relación que se presupone en una mentira corriente (…) y en Londres vi periódicos que repetían estas mentiras e intelectuales entusiastas que articulaban superestructuras sentimentales alrededor de acontecimientos que jamás habían tenido lugar” ... “Si algo deprimente me ha enseñado esta guerra es que la prensa de izquierdas es tan falsa y deshonesta como la de derechas”.