En la última semana he recibido al menos diez llamadas de desconocidos que se preocupaban por mejorar el estado de mis finanzas. De hecho, parecían más preocupados que yo mismo en aumentar mi solvencia económica. Ante todo, gracias por el interés. Creen que me están haciendo un favor, abriéndome los ojos a una realidad que no veía hasta entonces, ofreciéndome además un remedio pero, en realidad, me están llamando tonto. Pues vale, tonto. Y, para colmo, lo hacen mientras trato de llevarme la cuchara a la boca.
|
etiquetas: teleoperador , telemarketing , marketing , telefono