Al margen de lo simpáticos que nos caigan los controladores aéreos, al margen de la razón que puedan tener o no tener los controladores aéreos, al margen de lo que cobren, de las horas que trabajen, al margen que se trate de una huelga ilegal e improvisada, los ciudadanos nunca, bajo ningún concepto y por ninguna razón, estamos obligados a obedecer órdenes de los militares. Digan lo que digan la Ley y los Reales Decretos. Yo mismo en su día, me negué a obedecer en su día y ello me costó dos años y medio de cárcel.
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