Ateniéndonos a la doctrina de la Ley de Partidos que rige en este país, tan terrorista es el que asesina como el que ampara, defiende, y lamenta, pero no condena, los crímenes. Ni más ni menos que lo que ha hecho gran parte de nuestra derecha mediática ante el acto de piratería criminal perpetrado por el Ejército israelí en aguas internacionales. Crimen que ha sido aceptado como legítimo por países que, paradójicamente, consienten y amparan los secuestros, las torturas y la reclusión sin cargos ni límite de tiempo.
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