Una vez besé a Wyoming en los labios. No sentí nada. No es mi tipo de hombre. Bueno,en realidad, ningún hombre es mi tipo de hombre en ese aspecto.Otra cosa es el atractivo profesional, el magnetismo. En ese sentido, estoy rendidamente enamorado del hombre de la nariz imposible a lo Buñuel. Lo que hoy quería subrayar es el inmenso y decisivo papel que está jugando el programa El intermedio en estos delicados momentos. Ha tenido que ser un espacio originariamente pensado para la risa el que se haya convertido en el verdadero informativo.
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