Se odian sin disimulos. Ambas son de armas tomar. ¡Dos caracteres, oiga! La trifulca está servida en cuanto crucen sus agrios discursos. Ministra y ex ministra, sin frenos y cuesta abajo. La ley de Murphy se cumple inexorablemente en el Ministerio de Fomento y, tal como prevé en su artículo único, todo lo que puede empeorar, empeora. Es más: es la única ley que se cumple en todos los lugares donde la gestión de Magdalena Álvarez tiene algún papel.
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