El motivo del aplazamiento del juicio es que solo compareció uno de los seis psiquiatras llamados a testificar a favor del conductor, quien alega que padece un trastorno mental de esquizofrenia que le imposibilitó aquella noche controlar sus acciones al volante. El juicio tenía que haberse celebrado hace un año, pero fue suspendido porque el juzgado que instruía el caso se olvidó de pedir al abogado de la conductora fallecida que redactase su escrito de acusación. El letrado se enteró de que iban a empezar el juicio sin él y protestó.
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