A veces los derechos de las mujeres trabajadoras les son negados por quienes ellas menos sospechan. Sus enemigos –en esos casos- no son los especímenes que aún andan sueltos de la vieja manada del macho ibérico, esos de “pon ya la mesa que me apetece comer”
|
etiquetas: laboral , conciliación , derechos , mujer