No podíamos desligar años y años de maravillosa iconografía Lobatiana del placer de disfrutar sórdidamente de la F1. Era la hora de darle a ese JRAN apóstol del Alonsismo que es nuestro calvo asturiano favorito el homenaje que justamente se merecía. Con todos ustedes… ¡El Lobato drinking game!
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