El que fuera embajador canadiense en Teherán en 1979, durante la crisis de lo rehenes, no da demasiada importancia a las inexactitudes históricas de la cinta de Ben Affleck. "Cuando la vi pensé 'ojalá hubiera estado allí'", dice provocando las risas de los asistentes a una conferencia en el Consejo de las Américas en Nueva York, donde reside desde hace años. "En la película parece que yo sólo abría la puerta y servía vino. Pero espero que aprecien lo bien que servía vino". Ken Taylor se toma a broma la imagen que da de él la película 'Argo'.
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