Estamos acostumbrados a leer noticias que se ajustan al guion previsto, como que los zorros se cuelan en los gallineros y acaban con decenas de gallinas. Por eso, cuando una noticia es a la inversa, se expande a los cuatro vientos. El protagonista era un zorro joven, de unos seis meses. El animal pensó que se iba a poner las botas y, con alevosía y nocturnidad, se coló en un gallinero de una escuela agrícola en Bretaña, en el noroeste de Francia. Pero calculó mal sus pasos.
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