«Pegó un tiro y la munición golpeó la pared por encima de mi cabeza —recuerda—. Le dije que mirase a donde tiraba y que iba llamar a la Guarda Civil, pero el me hizo un gesto con el puño, abrió la escopeta, dio la vuelta y se fue sin más», relata José Benito Cabana.Unos días antes de este suceso, una vecina de Áspara, apenas a unos 500 metros de Montebón, se encontró con dos perdigones en la tarta que había dejado en la repisa interior de una ventana.
|
etiquetas: vilalonga , cazadores , josé benito cabana , áspara , montebón