Según el estudio, los portadores de dicha variante genética prestan menos atención a los hechos negativos que se producen en su entorno para centrarse en los positivos, lo que contribuye a que experimenten un mayor bienestar físico y psicológico.Aunque de momento se desconoce cómo funciona la variante genética, los autores de la investigación creen que influye en el funcionamiento de la amígdala, una región cerebral que regula las emociones.
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