¿Pero qué necesita esta Sociedad egoísta e indolente ante la brutalidad cotidiana de algunos psicópatas embrutecidos y cobardes para reaccionar?, ¿qué le hace falta a los responsables de legislar para prohibir totalmente estos actos y castigar sin ambages a aquellos que los perpetran? No es diversión, no es cultura, no es arte ni tradición. Son crímenes y la permisividad con su comisión, está enseñando a nuestros hijos que esos son comportamientos lícitos y lúdicos. En la Plaza de Alhaurín había niños, ¿dónde está ahora la defensa del menor?
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