Vamos a seguir intentándolo

Llevábamos más de un año sin reunirnos, en "gran familia", eso es con tíos, primos y sus respectivos cónyuges e hijos, mi prima Carla parece que por fin ha encontrado el amor, fue durante el confinamiento y tampoco hemos querido preguntar mucho que cómo se conocieron. El tío parece simpático y buena gente pero habla muchísimo, de todo sabe y en un momento de la conversación sobre el Brexit, mete una patinada en geografía:

  • Porque ahora en la frontera de Irlanda con Escocia
  • No, Irlanda es una isla aparte, la frontera es entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda

El novio de mi prima me mira un poco nervioso, toma aire y continúa diciendo

  • ¿Cómo que no tienen frontera, si los escoceses se van a independizar?

En ese momento saco el móvil, abro la aplicación de Google Maps y agrandando sobre la Isla de Irlanda le explico al novio de mi prima en un tono la mar de cordial, cómo está dividida Irlanda, donde está Escocia y ya de paso Inglaterra y Gales y lo que son los conceptos de Gran Bretaña y el Reino Unido. Mi interlocutor asiente ante mis explicaciones y dándome una palmada en el hombro me pregunta en tono jovial que dónde guardamos el hielo.

Y así son las discrepancias en la vida real, en el cara a cara ¿Cómo hubiera sido la situación anterior si hubiéramos interactuado como si estuviésemos en Menéame?

  • Porque ahora en la frontera de Irlanda con Escocia...
  • ¿¡Pero qué dices!? Pero si Irlanda y Escocia no tienen frontera, ¿Tú en el colegio no eras el más listo de la clase, eh?
  • ¡Fuentes, fuentes, fuentes!, ¡Eso que dices no es así, no tienes ni idea de lo que hablas!
  • ¿Fuentes? La Fuente de los Patos, ahí en la plaza
  • Te lo estás inventando, eres un mentiroso que vienes aquí a engañar a la gente
  • ¡Pero anormal, que Escocia está pegada a Inglaterra, no a Irlanda!
  • Anormal lo serás tú, pedazo de pedante, enterado ¿Tienes amigos?
  • Sí, tu culo es mi amigo
  • No, tu amigo es mi pene ¡Venga, a pastar!
  • Mira trollete del tres al cuarto, deja de darnos pena a todos con tu indigencia intelectual
  • Vaya superioridad moral (no te conozco pero) eres un esto, un esto y un lo otro. Buenas tardes
  • ¡Eh, a mí ni me des la espalda ni te me despidas!
  • Tú no vas a tener la última palabra.... Ehhh, esto... Y además eres un tal y un cual

En ese momento nos damos cuenta de que el silencio reina a nuestro alrededor, mi prima, con cara de pocos amigos llama a su novio, uno de mis tíos me manda a ir con él a por hielo.

  • ¡Pero sí hay un montón!
  • Que vamos a la gasolinera a por hielo, ven

Bajando las escaleras, mi tío se para en seco y clavándome la mirada me dice:

  • ¿Qué coño eran esos gritos y esa mierda de discusión por una gilipollez de nosequé frontera?, ¡Sube!
  • ¿Pero y el hielo?
  • ¡Qué hielo!, ¿No sabes tener una conversación normal con una persona o qué?, ¿Y esas respuestas de patio de colegio de que si "no tienes ni puta idea", de que si "el culo", "el pene", de que si "vete a", de que si eres un esto y un lo otro ¿Pero tú qué tienes, siete años?
  • ¡Es que el novio de tu hija dice que...!
  • Da igual lo que diga ¿Esa es la educación que te dieron en tu casa?

Al entrar de nuevo en la terraza oigo la voz de mi prima diciéndole a su novio "que hay que ver, la primera vez que viene con la familia y se agarra a insultarse con un primo".

Los tonos, las conversaciones y las respuestas de Menéame son a menudo inadmisibles, inaceptables y causarían el rechazo frontal de cualquier grupo humano de más de 16 años de media. Sin embargo, en Internet se ha normalizado el comportarse como un niño chico resentido, el ir por la vida con actitudes a la defensiva, el preguntar, no para resolver dudas, sino para tratar de dejar en evidencia a nuestro interlocutor e incluso, el dar por hecho que cualquier pregunta que nos hagan obedece a este último objetivo, sea así o no.

Personalmente, reconozco que caigo mucho en esa actitud defensiva ante cualquier pregunta.

Menéame no es un sitio al uso en la en el universo hispanohablante de Internet, suele destacar por unos contenidos de calidad, comentarios sin faltas de ortografía (o no muchas que hagan sangrar los ojos), usuarios de nivel cultural por encima de la media.... Y se agradece; sin embargo, no es impermeable a las actitudes sociópatas de no respetar al interlocutor, de sentirse uno atacado por cosas que no son ataques y otras prácticas que generan mal ambiente, muy mal ambiente, cuando realmente no hay ninguna necesidad para ello.

Hace unos días, un usuario de esta página desarrollaba un artículo sobre la necesidad de mantener un Menéame en el que nos relacionemos ni más ni menos como nos relacionamos las personas en el mundo real: sin displicencias, sin presuponer mala intención en las palabras que oímos, con interés por encontrar respuestas, sin necesidad de "quedar por encima" de nuestro interlocutor y empleando las formas que la etiqueta social, la educación y el bienestar común exigen en cualquier encuentro entre personas.

El artículo parecía levantar tsunamis de consenso, aplausos, todo el mundo que tenga un mínimo de inteligencia emocional estará de acuerdo en que es mucho más enriquecedor, agradable y sano para el bienestar mental el relacionarse con educación y cordialidad, que es muy poco ético y nada edificante el tratar a los demás con displicencia, que una persona educada no insulta, o al menos si no ha pasado nada grave, como hierro fundido en la espalda, que cuando desconocemos algo y nos gustaría que nos lo aclarasen vamos con una actitud humilde...

Ni tres días hemos durado, esto sigue siendo el lodazal de pedantería de siempre, el interlocutor un sparring con el que descargar frustraciones de niño herido en su ego y la educación... La justita para evitar el strike.

Personalmente caigo en algunas de las actitudes negativas anteriormente descritas, pero me gustaría hacer un esfuerzo y usar la cordialidad que se tiene en cualquier conversación distendida y esto es algo que si hacemos todos o la mayoría, va a repercutir muy positivamente en la calidad de Menéame y, lo que es más importante, en nuestro bienestar. Vamos a seguir intentándolo.