Jesús Navarro estaba solo en la madrugada del pasado nueve de mayo en la residencia pública para mayores de Arganda del Rey (Madrid). Era el único enfermero aquella noche en el centro. Con él, tan solo se encontraban 10 auxiliares de enfermería. A cargo de ellos 11 estaban casi 350 ancianos. Aquella noche no la iba a olvidar él ni tampoco los demás. En un momento dado de esa madrugada, recibió un mensaje de Whatsapp que le decía que subiese a la sexta planta. Allí, dentro de una de las habitaciones, se encontró una escena dantesca.
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