En julio de 2011, la NASA ofreció nuevos datos que apuntaban a la respuesta definitiva para la anomalía de las sondas Pioneer, sin embargo, quedaba un pequeño porcentaje de anomalía sin explicación, como un 20% del valor. El último trabajo de Slava G. Turyshev y sus colegas corrige de forma definitiva esa discrepancia y confirma ya de todas todas que la anomalía de las sondas Pioneer tiene un origen térmico, la emisión anisótropa de radiación térmica debida a los motores de la sonda.
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