Entre las decenas de miles de personas que desde el pasado sábado protestan en la plaza de la Independencia de Kiev hay una figura que sobresale entre todas. Su nombre es Vitali Klitschko. Un hombre de más de dos metros que para el mundo sigue siendo el mejor peso pesado de la última década. El campeón del mundo -que lleva sin boxear más de un año pero aún no ha anunciado su retirada- se ha convertido después de un lustro coqueteando con la política en el líder del tercer partido del antiguo país soviético.
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