Entre los hechos probados se constata que el trabajador falleció en julio de 2000 a consecuencia de un cáncer de pulmón derivado de su exposición al amianto y que esta enfermedad está contemplada como laboral: Hasta 1978 los trabajadores desempeñaban su labor en el interior de una nave, en cuyo ambiente había partículas en suspensión que formaban una polvareda visible a simple vista, sin mascarillas o protectores de cabello y utilizando a su conveniencia pañuelos sobre la boca o gorras propias.
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