Las cataratas del Niágara son las más voluminosas de América, por ellas pasa una ingente cantidad de agua cada segundo, lo que le da mayor trascendencia si cabe a la imagen. Sólo en dos ocasiones llegaron a congelarse por completo, en 1911, año al que corresponde esta imagen, y en 1936. Niágara significa trueno de agua en el lenguaje vernáculo de esa zona, toda una paradoja en esta ocasión. El trueno quedó silenciado.
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