Cuando desde Barcelona se quiere coger la carretera N-340, un paso prácticamente obligado ha sido desde hace mucho tiempo el puente que atraviesa el río Llobregat a la altura de Molins de Rei. Este puente es, en la actualidad, un ecléctico, soso y eminentemente práctico puente de cemento que une las dos orillas del río, pero hasta el 1972 fue un hermoso y sólido puente de 15 arcadas que resistió incluso dos intentos de voladura durante la Guerra Civil.
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