Cuando se recibe la llamada en el móvil, la mente se distrae. El receptor prestará atención al aparato y, en muchos casos, se verá incapaz de evitarlo: o responderá a la llamada o, como mínimo, echará un vistazo a la pantalla para averiguar quién le ha llamado. La reacción es universal: se produce en todas las circunstancias. El ciudadano de a pie es culpable en el 65% de los atropellos. Al minuto y medio de conversación, el peaton reduce a la mitad la atención hacia su entorno
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