El accidente de Castelldefels ha servido para, al menos, tres cosas. 1º Para que 20minutos.es se vea obligado a cambiar su política de comentarios después de las barbaridades xenófobas y racistas que el personal anónimo desparramó bajo la noticia. 2º Para que varios sociólogos y psicólogos se pregunten porqué tantos testigos del accidente se limitaron a grabar con sus teléfonos en vez de auxiliar a los heridos.3º Para descubrir que la corrección política ha vuelto casi inviable culpar a las víctimas aunque todos los indicios así lo indiquen.
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