Alfonso Rojo recibió un rapapolvo importante. No cambiará un ápice su manera de entender el periodismo, pero sin duda servirá para que el telespectador comprenda que un determinado tipo de tertuliano solo tiene que encontrar la horma de su zapato para quedar en ridículo. Rojo acuso a Beatriz Talegón, miembro de las Juventudes Socialistas que solo unos días antes había sonrojado a quienes asistieron a la Internacional Socialista celebrada en Cascais (Portugal), de ser una vaga.
|
etiquetas: opinión , alfonso rojo , beatriz talegón