Una de las mujeres de nacionalidad rumana que supuestamente trabajó en la saqueada Emarsa como «traductora» estuvo censada en una vivienda de Valencia donde el exgerente Esteban Cuesta vivió hace unos años. En la actualidad, la «traductora» tiene 24 años de edad y trabaja en un club de alterne a las afueras de Benidorm, dentro del término municipal de Finestrat y cerca del hotel Bali, donde Cuesta se alojó con ésta y otras «traductoras» una veintena de veces a cargo de la extinta empresa pública.
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