Su nombre es Javier, es gruista y lo tiene claro: no se bajará de la grúa hasta que le paguen las horas extras que le deben. Según indica, la empresa AITANA le ha dicho que no se las pagarán, que «buscarán a otro». Javier asegura que la solución que le queda es «ir al juzgado» para «esperar dos años» a cobrar, algo que no quiere, de ahí su acción de encaramarse a lo más alto de la grúa para no dejar avanzar la obra.
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