El ejército estadounidense se va yendo con sigilo, como de puntillas. Bush lo proclamó hace años desde un portaviones: Misión cumplida, y no quiere saber nada más, pues permanece colgado sobre el nimbo de sus delirios ultras. Blair se ha ido de rositas, a la espera de un alto cargo en la UE. Aznar, entre otras cosas, asesora a Murdoch y enarbola la antorcha de FAES. Seamos utópicos un rato, soñemos en brujas hermosas y piratas honrados: Bush, Aznar y Blair deben ser juzgados en el Tribunal Penal Internacional de La Haya por sus crímenes...
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