A veces por la forma de posar para las fotografías se puede llegar a conocer a alguien. En el caso de Tom Stoppard lo primero que llama la atención es su tranquilidad. Una especie de paciencia casi mística mientras permite que la fotógrafa ajuste la luz, haga las pruebas y se decida a disparar sobre él. Se ha quitado las gafas que colgaban de su cuello con un cordel y se ha vaciado los bolsillos....
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