El consumo excesivo de embutidos se ha relacionado con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares por su alto contenido en grasas saturadas y sodio. También con ciertos tipos de cáncer «debido a la presencia de aditivos como nitratos y nitritos, unos compuestos que en el organismo pueden convertirse en nitrosaminas; unas sustancias químicas con un reconocido potencial cancerígeno», señala Mariluz Latorre, profesora titular de tecnología de los alimentos y miembro de la Sociedad Española de Nutrición (SEÑ).
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