Me canso de escuchar que, como los guapos pueden follar con quien quieran, a los feos hay que pagarles el sexo por la Seguridad Social.
Porque lo que te dicen es eso: oye, que un tío rico con malas notas puede seguir estudiando y el pobre se tiene que joder.
¡Pues claro! ¡Y si tienes buenas tetas puedes ser gilipollas y seguir teniendo éxito como azafata de congresos! Pero si eres fea, tienes que ser educada y simpática. Pero no: parece que hay que poner cuota de feas para que haya igualdad.
Es absurdo: la gente que se considera de izquierdas llama elitismo a lo que es sólo una defensa de los recursos públicos. Porque el dinero público es de todos, aunque a muchos les siga pareciendo de nadie.
Y ese dinero de todos hay que emplearlo con cabeza, ayudando a los mejores, no a cualquiera, porque es de todos, precisamente, y es nuestra obligación moral administrarlo correctamente.
Que un padre con dinero pague la carrera a un hijo que sólo sirve para cavar patatas es su problema. Que pretendan que lo paguemos entre todos, es una indecencia.
No se puede usar al guapo como pretexto para que a todos nos sufrague el Estado un polvo.
No se puede usar de pretexto al rico para que a todos nos sufrague el Estado una carrera.
El Estado no es un ente que se baja de un platillo volante.
Somos nosotros, caray.