La idea era sencilla. Tomemos el gasto sanitario público por habitante que se hace por parte de la Generalitat y, una vez tenemos esa cifra, encarguemos a la empresa que gestiona el hospital que atienda a la población de la zona por una cantidad per cápita menor. Y todos contentos. [...] La estafa es monumental. Un timo en toda regla que sólo requiere, para ser descubierto, de saber sumar y restar. Parece, sin embargo, que a nuestros actuales gestores se les ha olvidado la calculadora en casa y por eso siguen optando por extender más el modelo.
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