Los aficionados a la música en directo llevan años irritados. El problema se llama gastos de gestión o gastos de distribución, un recargo variable que puede llegar a superar los diez euros. En muchos casos la compra la hacen los clientes desde casa, usando su propia impresora. También se da la opción de acercarse a una tienda de discos, grandes superficies o cajeros bancarios. La
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