Durante diez años, Ulrich Larsen, un cocinero de baja permanente por enfermedad, logró acercarse a Alejandro Cao de Benós afiliándose a la Asociación de Amigos de Corea del Norte. Ahí mostró su fervor revolucionario entre los militantes, viajó al país comunista y se postuló como intermediario para grandes negocios. Con su cámara oculta logró capturar comentarios extremadamente racistas de Cao de Benós con los africanos y su predisposición al tráfico de armas y metanfetamina.
|
etiquetas: documental , cao de benós