La afluencia de millones de inmigrantes en España en la última década ha transformado partes de Cataluña también, lo que complica el panorama separatista y aviva el lado más feo de la retórica nacionalista.En 2000 sólo había 900.000 extranjeros residentes en España. Para el 2011 la cifra había aumentado a cerca de 6 millones, o el 12% de la población. En Cataluña la mayor parte de los inmigrantes se dirigieron a Barcelona, pero es en algunas de las ciudades más pequeñas donde más se ha notado el impacto.
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