Se sabe que la testosterona está relacionada con la agresión, el sexo y las estrategias de emparajemiento, en algunos casos de forma muy directa. Por ejemplo, cuando se implanta artificialmente testosterona en machos de especies monógamas de aves, de forma que la concentración de testosterona se mantiene a niveles altos durante períodos más largos de lo normal, estos machos se convierten en polígamos.
|
etiquetas: testosterona , agresividad , machos , sexo