La crisis que se nos avecina va a ser de proporciones legendarias. Los indicadores del sector de la construcción, auténtico motor económico español, son funestos. Pésimos. El sector de la construcción está en situación gravísima y la crisis se extenderá rápidamente al sector servicios, como un cáncer, frenando el consumo privado, que es el otro pilar que aguanta la economía española. Las predicciones son catastróficas. Los más atrevidos incluso auguran miseria generalizada para toda una generación de jóvenes españoles.
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