Carsten Luter, del Museo de Historia Natural de Berlín, descubrió en la disección de manchas oculares de una especie de braquiópodos, o conchas lámpara, que cada punto era en realidad un par de neuronas, una para la captura de luz y un pigmento que la contiene. Estos invertebrados con visión de vertebrados son un reto a la idea de que los dos grupos de organismos tienen receptores visuales muy diferentes. Este globo ocular flotante pudo ser el primer paso en la evolución del ojo. En español:
www.vistaalmar.es/content/view/1480/1/