Después de 34 años sin impedimento ni obstáculo alguno para honrar la memoria de su hermano, uno de los cinco militantes que fueron fusilados «legalmente» por mandato del dictador Franco, la Ertzaintza irrumpió ante la tumba de «Txiki» el domingo. El enfado de la familia Paredes-Manot ante la «falta de respeto» y «la humillación» padecida la ha transmitido en esta entrevista.
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