El telescopio espacial Herschel de la ESA ha logrado observar el interior de un cúmulo de formación de estrellas que nunca se había logrado vislumbrar, y ha revelado una sorprendente actividad. La imagen muestra una oscura nube a unos 1.000 años luz de la Tierra, en la constelación de Aquila, el Águila. El cúmulo tiene una extensión de unos 65 años luz y está tan cubierto por las nubes de polvo que ningún satélite de infrarrojo había sido capaz de observar su interior.
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