Pocas empresas como Telefónica ejemplifican de un modo tan perfecto lo que viene ocurriendo con el capitalismo patrio en los últimos años. Las prejubilaciones, despidos y tercerizaciones a miles de empleados abrieron la puerta para que los futuros trabajadores reduzcan el salario con respecto a sus compañeros. Ante la cómplice pasividad de los sindicatos UGT y CCOO, que pactan con la empresa lo que sus accionistas demandan, otras organizaciones sindicales vienen manteniendo jornadas de paro y lucha.
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