Seguro que alguna vez has esperado más de la cuenta en una cabina telefónica a que su ocupante terminara la conversación, a pesar de que te ha visto ahí plantado durante un tiempo. Algo parecido ocurre si tienes coche: de repente ves que alguien va a dejar una plaza de aparcamiento libre y, al notar que estás aguardando, se lo toma con infinita parsimonia. Pues bien, esta conducta, que a priori podría resultar odiosa, está más interiorizada en nuestros genes de lo que podríamos pensar y tiene mucho que ver con la defensa del territorio que..
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