Antonio Vázquez Guillén, abogado de profesión, tenía cita en el juzgado el 20 de junio de 2008. La víspera falleció su mujer y ese mismo día Vázquez Guillén se puso en contacto con el juez para que se suspendiera la vista porque coincidía con el entierro. El juez, titular del juzgado mercantil número 4 de Madrid, no le concedió la suspensión. Alegó que su cliente, una importante caja de ahorros, contaba con más abogados que podían reemplazarle y que la ley no contempla el fallecimiento de la mujer de uno de los letrados como causa de suspensión
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