Desde que a finales de 1903 los hermanos Wright saltaran a la fama con su célebre vuelo en Kitty Hawk, la fiebre por la aviación no dejó de aumentar. En todas partes aparecían osados aviadores que se decían capaces de ir más allá.Algunos eran verdaderos aventureros con buenas ideas que fueron dando vida a memorables páginas de la historia del vuelo humano. Otros, simplemente, veían dinero en todo lo que sonara a aviación.
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