Las estadísticas engañan. Sudila, casada con 10 años, es buen ejemplo de ello. Técnicamente, no existe. Su nacimiento no fue registrado en ningún organismo oficial, y su boda se celebró por un rito local que no se refleja en ningún documento. No tiene carné de identidad y tampoco derechos. No ha sido escolarizada y no puede acceder a tratamiento médico subvencionado. Según Unicef, varios millones de indios se encuentran en esta situación.
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