Los cronistas parlamentarios reconocen una brillante capacidad oratoria en Rajoy. No seré yo quien se la niegue. Pero me cuesta aceptar que tenga la capacidad de provocar una sucesión tan constante de carcajadas, sin suponer que existe algo oculto detrás de ellas. Sí: hay un “algo” oculto. Y que ese algo tiene todo menos gracia.
|
etiquetas: rajoy , presidente