Cualquier persona que haya buceado por las profundidades de eBay en busca de las microSD más baratas, sabrá que muchas, muchísimas de esas tarjetas que se venden como auténticas no son sino sofisticados Judas de paupérrimo rendimiento y limitada vida útil. El problema está en que buena parte de ellas podrían pasar por originales... y eso se debe a que tal vez han sido fabricadas por la compañía original. ¿Cómo es esto?
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