¿A quién coño le importa los tibetanos? ¿Y José Couso? En cualquier caso, los genocidas y criminales del mundo, en lo que a España concierne, pueden descansar tranquilos. Por nosotros que no quede, podrán incluso visitar nuestro país sin desasosiego alguno, con alfombras rojas para que no se manchen al menos los pies, ya que nada podrá limpiar la sangre de sus manos. No obstante, me permito hacer la siguiente reflexión. Muy pocos son conscientes de la importancia sin parangón que posee la Declaración Universal de los Derechos Humanos...
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