La relativa paz permite que las oenegés accedan más fácilmente. Menos hambrientos que hace un año, sí, pero demasiados: uno de cada tres somalíes. En Mogadiscio, las alambradas, los soldados y las armas siguen presentes por todos lados porque los milagros no existen. Pero desde que el 6 de agosto de hace un año, la milicia fundamentalista Al Shabab fue expulsada de la capital somalí, la situación ha mejorado para sus ciudadanos. Por aritmética simple: menos tiros, más vida.
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